Lomo saltado para encantar a la Bruja Mayor

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En el año 2002 o 2003 (no recuerdo mis “vidas secretas”) mi mayor sueño era que el novio de la época me pidiera que nos casáramos, tener hijitos y construir una casa con cerquita blanca en las afueras de Santiago.  La pedida, por supuesto, jamás llegó y la historia se acabo bastante mal. El hombre en cuestión me puso los cuernos con una tiracalzón y me terminó por chat, lo que equivaldría más o menos a que te terminen con un post-it si ambos vivieran en el mismo país.
 

Acabada con mi penita, ese año fui de visita a Cuzco y encontré mi propuesta de matrimonio anhelada. La pretendiente era mi gran amiga Sonia, una mujer fantástica que combina de forma genial su cerebro femenino y masculino y cuya lengua es un surtido estante de pócimas venenosas que va utilizando para soltar las ironías más fantásticas y graciosas que haya oído en mi vida. (Si hubieras sido hombre Sonita, seguramente ya tendríamos 5 hijos de lo buena que estas.)

Sonia, cuya alimentación en esos tiempos era a base de café y porqueriitas que iba encontrando al paso, quedó fascinada con un lomo saltado que le preparé mientras me hospedaba en su casa en Cuzco. Desde ese día se comportó como el marido perfecto; regresaba a la casa directamente del trabajo, me traía lecturitas sobre violaciones a los derechos humanos y tenia mil idea para salir en la noche.

Ahora vivimos a siete horas de diferencia pero aun recuerdo nuestros días de felicidad como si nada hubiera pasado. Hace unos días Sonita me pidió la receta del lomo saltado encantador y aquí les va:

Para el guiso:

• 500 gr. de carne de lomo de res cortado en cuadrados o bastones (el mismo carnicero te los puede cortar)
• 2 cebollas cortada en julianas (como para escabeche)
• 3 tomates cortada en julianas
• 1 o 2 cabeza de cebolla china con sus ramitas (opcional)
• 1 cucharada de pasta de tomate o tomate seco molido (opcional)
• 1 o 2 cucharadas de ají amarillo molido
• 1 o 2 dientes de ajo cortado en cuadraditos
• 200 ml. sillau
• 4 cucharadas de vinagre
• 100 ml. de aceite de oliva o girasol
• Sal y pimienta al gusto

En una sartén o wok, poner a calentar el aceite. Cuando éste esté muy caliente echar los trozos de lomo de res hasta que queden sellados (5 minutos aprox.). No agregar la sal en este momento para permitir a la carne de botar sus jugos.

Agregar los ajos, la pasta de tomate, el sillau, el vinagre y remover. Enseguida, echar sobre la carne la cebolla, el tomate y la cebolla china. Saltear hasta que las verduras estén cocidas. Personalmente, prefiero cuando no están muy cocidas  y la cebolla es aun crocante.

Probar la sazón agregar sal y pimienta al gusto.

Para las papas fritas:

• 4 papas
• 250 ml. de aceite de girasol

Lavar y pelar las papas. Cortarlas en bastones  enjuagar para quitar el almidón. Secar ligeramente y freírlas en el aceite muy caliente.
 

Para el arroz:

• 200 gr. de arroz
• 200 ml. de agua
• 1 diente de ajo aplastado o molido
• 50 ml. aceite
• Sal al gusto
• Ramita de perejil para decorar

En una olla, calentar el aceite con los ajos y la sal, sofreír. Agregar el agua y dejar calentar hasta que roma el hervor. Agregar el arroz y rectificar el agua. Cubrir totalmente y dejar cocinar. 

En Lima el agua debe cubrir exactamente el arroz y es suficiente para lograr un arroz graneado. En Suiza el agua debe sobrepasar de 2 dedos el arroz y en Cuzco es simplemente imposible hacer un arroz decente.
 

Todo el mundo cree que preparar arroz es muy simple, de ahí que viene la frase “Sólo sabe cocinar huevo con arroz” pero en realidad es mucho más complicado. Yo recomiendo a todos que como material básico en la cocina tengan una olla arrocera, les cambiará la vida.
 

Al momento de servir, poner en un lado del plato el arroz, en el otro lado las papas  en otro el lomo (Seguir el orden si posible). No recomiendo revolver las papas con el lomo antes de servirlo porque así las papas se remojan y ya no son crocantes.
 

PD: Sonita, muy pronto subiré un video y/o fotos propias con el paso a paso. Tenme un poco de paciencia porque están haciendo una pieza más a la casa y poniéndole cerquitas blancas. Tengo tierra hasta en las orejas de tanta construcción.